Cabe relatar la historia de los granos de trigo (otras versiones dicen que de arroz) que hace parte de las leyendas urbanas del ajedrez
La Leyenda de los granos de Trigo
Existe una leyenda que dice que hace mucho tiempo existió un
rey que era muy bueno, pero una vez luchando contra un reino enemigo perdió a
su hijo en una batalla, y por tal motivo se puso muy triste y se aisló en su
castillo reviviendo una y otra vez la batalla donde murió su hijo, recreándola
de muchas formas, y en ninguna podía salvar a su hijo y a su reino al mismo
tiempo. Un joven que sabia el dolor que el rey sentía pidió una entrevista con él,
luego de muchos intentos logro que el rey le diera la entrevista, el joven
mostró al rey el juego del ajedrez y le enseño su similitud con una batalla
real. El rey que era un gran amante de los planes de guerra no tardo mucho
tiempo en entender el juego, el joven le enseño al rey como era de importante
sacrificar alguna pieza para lograr el partido (haciéndole ver que el
sacrificio que su hijo había hecho fue lo mejor para el
reino). El rey comprendió su error y acepto la muerte de su
hijo, y le dijo al joven que le daría la recompensa que el pidiese, el joven le
pidió la siguiente recompensa por la primera casilla del tablero quiero un
grano de trigo, por la segunda casilla quiero 2 granos de trigo, por la tercera
casilla quiero 4 granos de trigo, por la cuarta casilla quiero 8 granos de
trigos y así sucesivamente por las demás casillas, el rey ordeno que entregaran
la recompensa inmediatamente y agrego que era un pedido muy poco digno de su
generosidad, los sabios del rey al tratar de encontrar el número que
correspondía a la cantidad de granos de trigo se dieron cuenta que era un número
muy grande de imaginar en esos días. Así fue como el rey aprendió otra lección
a ser prudente y le pidió al joven se quedará en el castillo y trabajará como
uno de sus asesores...
Otra versión de la leyenda
Algunas referencias citan al joven que ayudó al rey como el bramán Susa o Sissa (Susa Ben Dahir el Hidi, según los mejor informados). Luego de lograr la fascinación del rey por tan noble invento, el sabio bramán aprovechó la oportunidad para darle una lección al soberano y pidió "solamente" un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera y así sucesivamente. Por su puesto el rey accedió de inmediato a tan "modesta" petición. Pero, efectuados los cálculos correspondientes, recibió una mayúscula sorpresa: No podía pagar la recompensa prometida puesto que la cantidad de granos a entregar equivalía a cosechar toda la superficie terrestre cultivable (¡conocida en el día de hoy!) durante más de 10 años!!
Casi todos los que relatan esta leyenda coinciden en el total exacto: 18.446.744.073.709.551.615 (dieciocho trillones, cuatrocientos cuarenta y seis mil setecientos cuarenta y cuatro billones, setenta y tres mil setecientos nueve millones, quinientos cincuenta y un mil seiscientos quince), lo cual se puede confirmar con un buen procesador matemático.
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